Prólogo: La punta del Iceberg o el misterio que se quedó
esperando
Quería empezar por el principio de la Cuántica y la hipótesis de Planck
era el comienzo lógico. Pero como en ésto de la Física la lógica a veces es
rara, voy a comenzar con un debate. Un debate que se inició mucho antes, pero que pone de
manifiesto que el misterio al que se enfrenta el hombre es más
profundo de lo que somos capaces de imaginar.
A principios del siglo XVIII, en 1704, Newton publica Optiks en
la que exponía sus ideas sobre la naturaleza corpuscular de la luz. Es decir, para
Newton, la luz estaba constituida por
minúsculas partículas que se desplazaban en línea recta. Explicaba algunos
fenómenos, como la reflexión, pero no lograba explicar otros como la difracción.
Sin embargo, diez años antes, Christiaan Huygens había publicado Traité de la lumière en el que exponía que la luz era una onda.
Para él la luz es una onda longitudinal, como la del sonido.
Dado que la luz se propaga en el vacío, pensó que era necesaria una sustancia
que lo inundase todo, incluso el vacío, (?) y que sirviera de soporte a la propagación de la onda: el éter. Esta misteriosa sustancia debería
tener unas propiedades tan extraordinarias como contradictorias. Debería ser
elástica, para que sus partículas vibren y propaguen la energía. Al mismo
tiempo debería ser rígida, para que la transmisión sea rápida. Por último,
debería ser sutil e invisible.
Los debates entre ambos eran muy conocidos pero el prestigio
de Newton hizo que las ideas de Huygens pasaran prácticamente desapercibidas
durante años.
Pero ¿quién tenía razón? .
En 1801 Thomas Young
realizó un experimento, llamado de la doble rendija, que estableció
definitivamente que la luz era una onda. Comprobó la existencia de fenómenos de
interferencias y difracción. Sin lugar a dudas, Huygens tenía razón.
Pero este experimento guardaba un secreto aún mayor. Aún era
pronto para que fuera desvelado. El
misterio seguiría esperando.
Volveremos sobre él porque este experimento encierra en sí
mismo toda la magia de la Física Cuántica.
Hoy sabemos que los dos tenían razón. Pero en aquel momento,
ellos creían que la realidad era objetiva e independiente del observador. Y los
dos pensaban que la luz sería una cosa o la otra. Ellos ni siquiera sospechaban
que el comportamiento de la materia es tan extraño que puede manifestarse unas
veces como onda y otras como partícula, dependiendo de si la estás observando o
no. No podían imaginar que este extraño comportamiento fuera intrínseco de la
propia materia y que la realidad de la misma quizás no lleguemos a conocerla
nunca.
Al principio todo era continuo
Desde Newton, la
imagen física del Universo se basaba en que todas las conexiones causales son
continuas en la naturaleza. “Natura non
facit saltus”. La naturaleza no da saltos.
Comenzaba el siglo XX y la Termodinámica y el Electromagnetismo
explicaban razonablemente bien casi todos lo fenómenos físicos. Sin embargo, ninguna teoría del momento se
ajustaba a los resultados experimentales de la energía emitida por un cuerpo negro.
Siempre hay algo que no cuadra.
Pero… ¿qué es un cuerpo negro?
Todos los cuerpos emiten radiación térmica al medio y la
absorben de él. Es decir, un cuerpo emite ondas electromagnéticas (luz) debido
a su temperatura (vibración de los átomos respecto a un punto de equilibrio). Los
electrones de esos átomos ceden al medio parte de esa energía vibratoria en
forma de ondas electromagnéticas. A su vez, las ondas electromagnéticas que el
cuerpo recibe del medio, una parte de ellas son absorbidas y otra parte son
reflejadas. A temperatura ambiente la mayoría de los cuerpos emiten ondas
electromagnéticas de baja frecuencia que no son visibles para el ojo humano
(infrarrojo). En este caso los cuerpos son visibles no por la luz que emiten
sino por la que reflejan.
Imaginemos un hierro en la fragua de un herrero. Antes de
introducirlo en el fuego está “frío” y las ondas que emite no son visibles. Al
introducirlo en el fuego, se calienta y comienza a ponerse rojo, es decir emite
ondas electromagnéticas cuya frecuencia se corresponde con el color rojo. Si se
sigue calentando su color va hacia naranja. Esto significa que la frecuencia de
la radiación emitida es mayor (la vibración de los átomos es más rápida).
En términos generales, la forma detallada del espectro de
radiación térmica emitida por un cuerpo caliente depende de la composición del
mismo. Sin embargo, experimentalmente se encuentra que sólo hay una clase de
cuerpos que emiten espectros térmicos de características universales. Estos son
los llamados cuerpos negros, es decir, cuerpos cuya superficie absorbe toda la
radiación que incide sobre ellos (no reflejan radiación, de ahí su nombre). Todos
ellos a la misma temperatura emiten radiación térmica con el mismo espectro.
Por esta cualidad los físicos siempre trataron de encontrar una explicación a
las características específicas de su espectro.
Espectro
del cuerpo negro
La gráfica representa cómo se reparten la energía emitida por un cuerpo negro las
distintas frecuencias de la radiación. La gráfica azul se corresponde con la
emisión de energía de un cuerpo negro a una temperatura de 1500 grados Kelvin
(grados centígrados = grados kelvin – 273). La de color marrón representa la
predicción teórica de la Física clásica, que se corresponde con la fórmula de Rayleigh-Jeans, basada en la ley clásica de la equipartición de la energía, se observa que es válida sólo para valores bajos de frecuencias.
La constante de Planck
En aquel momento, la materia se consideraba constituida por
átomos cuya estructura era una especie de masa positiva, en la cual se
encontraban los electrones incrustados como si fueran pasas en un pastel. Los
átomos, a su vez, se consideraban como pequeños osciladores que vibraban
respecto a un punto de equilibrio. Las oscilaciones de estas cargas de la
superficie producían ondas electromagnéticas, es decir, radiación térmica. Aplicando
las leyes clásicas de este modelo a la radiación del cuerpo negro, se obtenían curvas teóricas que no se correspondían
con el espectro real. La fórmula más conocida, la de Rayleigh-Jeans, predecía
un valor infinito para la densidad de energía. Sin embargo, los experimentos demuestran que
la densidad de energía permanece siempre finita.
Esta incapacidad de la Física clásica para explicar el comportamiento del cuerpo negro para las frecuencias altas se dió en llamar la catástrofe ultravioleta en referencia al color correspondiente a dichas frecuencias.
Un físico alemán llamado Max Planck (1858-1947) intentó obtener una expresión que se correspondiera verdaderamente con la gráfica del espectro experimental del cuerpo negro. Para ello hizo una suposición genial : La energía de un oscilador no puede tener cualquier valor, sino sólo unos determinados valores concretos. Así, la gráfica de los posibles valores de energía que puede adquirir un oscilador no sería una línea continua sino una escalera. El valor de cada escalón sería proporcional a la frecuencia (a mayor frecuencia, los escalones son más altos). La constante de proporcionalidad entre escalón de energía y la frecuencia es la famosa constante de Planck. Su valor es:
Un físico alemán llamado Max Planck (1858-1947) intentó obtener una expresión que se correspondiera verdaderamente con la gráfica del espectro experimental del cuerpo negro. Para ello hizo una suposición genial : La energía de un oscilador no puede tener cualquier valor, sino sólo unos determinados valores concretos. Así, la gráfica de los posibles valores de energía que puede adquirir un oscilador no sería una línea continua sino una escalera. El valor de cada escalón sería proporcional a la frecuencia (a mayor frecuencia, los escalones son más altos). La constante de proporcionalidad entre escalón de energía y la frecuencia es la famosa constante de Planck. Su valor es:
h = 6,63 10-34 J s
Aunque es un valor muy, muy, muy pequeño, no es cero. Esta
observación es importante porque lo que separa el mundo clásico del mundo
cuántico es que este valor en el mundo clásico se toma como si valiera cero.
La expresión no puede ser más simple:
ΔE = h f
El valor de cada salto es el producto de h por la frecuencia del oscilador f.
ΔE es la altura
del escalón de la energía, f es la
frecuencia de la oscilación y h es la
famosa constante que Planck introdujo
como una especie de “truco” matemático.
Aunque el término cuanto
aún no se había utilizado, lo haremos nosotros como sinónimo de salto, paquete,
o cantidad discreta.
Podemos decir como conclusión que la luz se emite en forma
de cuantos o paquetes.
Este nuevo concepto consiguió una curva, para el espectro de
la radiación del cuerpo negro, que se
ajustaba perfectamente a la obtenida experimentalmente.
Observemos que según esta nueva idea necesitamos mucha más energía para los escalones de la radiación de las frecuencias más altas. Por eso, si miramos la gráfica, vemos que la densidad de energía de emisión disminuye para estas frecuencias. La curva ya no se va a infinito, como ocurría con la fórmula clásica.
Observemos que según esta nueva idea necesitamos mucha más energía para los escalones de la radiación de las frecuencias más altas. Por eso, si miramos la gráfica, vemos que la densidad de energía de emisión disminuye para estas frecuencias. La curva ya no se va a infinito, como ocurría con la fórmula clásica.
Max Planck
Un extraño Universo
A continuación vamos a analizar el significado de la cuantización de la energía mediante una
gráfica.
Si tenemos un oscilador que oscila a una frecuencia f determinada y suponiendo que le
suministrásemos energía de forma continua, según la Física clásica el oscilador
aumentaría su energía de la misma forma, es decir, en forma continua, como
podemos ver en la parte izquierda de la gráfica. Sin embargo, según la Física
Cuántica eso no es posible. Es decir, permanecerá en cero aunque le
suministremos energía y cuando la energía suministrada llega a valer h f
, pasa de E = 0 a E = h f
sin haber pasado por todos los valores intermedios. Permanecerá en ese valor
aunque le sigamos suministrando energía y no cambiará hasta que le
suministremos el equivalente a 2 h f.
Por eso se dice que la energía está cuantizada,
es decir sólo puede tener valores enteros de unidades de “h f”, como se puede observar en la parte derecha de la gráfica.
Esta cuantización
de la energía nos introduce en un universo extraño. Supongamos que dejamos
caer una piedra. La energía potencial se irá convirtiendo en cinética y a cada altura del suelo le corresponderá la energía cinética correspondiente. ¿Seríamos capaces de imaginar que no
lo hiciese de forma continua? ¿Cómo imaginar que lo hiciese de forma discreta (a saltos),
por escalones, sin pasar por valores de altura intermedios entre esos escalones?. Sería un
movimiento discontinuo. Tanto como si la piedra "desapareciera" en un punto y volviera a "aparecer" en el siguiente punto. Sorprendente.
Extraño universo el que nos propone Planck.
Es importante quedarse con este concepto porque, aunque el
mismo Planck no se dio cuenta inicialmente
de la transcendencia, podemos decir que su constante es la madre de la Física Cuántica.
Desde Planck cambió
la visión del Universo. Pasó de ser continuo a ser discontinuo o discreto
(numérico). Pasó de analógico a digital.
Pasó de ser un universo predecible a un universo mágico.
Visión cinematográfica
Y ¿ por qué no notamos que la
energía está cuantizada?
Porque los saltos son tan
pequeños que no los percibimos.
Por ejemplo, si un oscilador
realiza una oscilación por segundo (f = 1), cada escalón de energía vale
0.000000000000000000000000000000000655 Julios
Es la misma razón por la cual
vemos como continuo el movimiento en una película de cine aunque realmente son
fotografías pasadas secuencialmente. Entre fotograma y fotograma hay un salto
(en este caso de tiempo). Dependiendo del tamaño del salto veremos la película
como un continuo o como una sucesión de cuadros.
La puerta del abismo
Entonces... la emisión de
la luz se hace de modo discontinuo, por trozos de energía, por cuantos. Pero…
¿qué le ocurre al cuanto después de la emisión? ¿Puede atravesar como ente
individual el espacio? ¿Como un corpúsculo?
Si se le
concede al cuanto la libertad de moverse en el espacio, la luz tiene naturaleza
corpuscular.
¿No habíamos
quedado en que la luz era una onda? ¿Hemos vuelto a abrir el viejo debate sobre
la naturaleza de la luz?
De nuevo el
enigma.
A partir de
esta aparentemente inofensiva cuantización de la energía, se producirán
transformaciones radicales en nuestro modo de entender el Universo, como la
dualidad onda-partícula, las relaciones de indeterminación de Heisenberg, la violación del principio
de conservación de energía, la reformulación del concepto de causalidad, las
superposiciones, el entrelazamiento, la decoherencia… que veremos en próximos
artículos.
Como suele ocurrir en Física,
se resuelve un misterio y se abre la puerta a un misterio aún mayor.
Es decir, teníamos un fenómeno físico al cual no se podía dar una explicación coherente y, para
dársela, se introduce una hipótesis
cuyas consecuencias hacen tambalear los cimientos de la propia Física.
Antes teníamos un problema. Ahora tenemos muchos más.
El mismo Planck se
dió cuenta de que se estaba entreabriendo una puerta detrás de la cual se
encontraba el abismo. Sintió vértigo e intentó durante más de diez años ajustar
su descubrimiento a la teoría clásica, incluso cediendo en su osadía original.
Pero el mal ya estaba hecho.
Epílogo
"Como hombre que ha dedicado su
vida entera a la más clara y superior ciencia, al estudio de la materia, puedo
decirles como resultado de mi investigación acerca del átomo, lo siguiente: No
existe la materia como tal. Toda la materia se origina y existe sólo por la virtud
de una fuerza la cual hace vibrar la partícula de un átomo y mantiene este diminuto sistema solar (el átomo) unido. Debemos asumir que
detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esta mente es
la matriz de toda la materia."
Max Planck en el momento de aceptar el Premio Nobel de Física en 1918
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